La ventana
No me gusta quitar la alarma los fines de semana. Son las siete y media de la mañana y el despertador suena sea sábado o domingo. Está todo oscuro. Salgo de la cama y atravieso el pasillo. Llego hasta el salón y cojo una manta para acostarme de nuevo en el sofá. Me gusta ver amanecer desde ese lado de la casa. A través de los cristales, el cielo va cambiando sus tonalidades. Siempre espero ese momento, cuando llega mi tono de azul preferido, ese azul cerúleo. Hoy el cielo estaba despejado, completamente despejado, sin una nube. Y me quedo disfrutando de ese momento maravilloso. La magia del cielo a través de la ventana.