La mayoría de la gente ni si quiera se molestará en comprender lo que digo, o lo que pienso, una sociedad lobotomizada, estéril, llena de una falsa risa, plumas y color, mucho color y purpurina.
Tras la máscara se oculta la verdadera cara del monstruo, hacerse otra ralla para seguir volando en un mundo falso, con un montón de gente falsa a la que no soporto, en esta fiesta absurda, en vez de establecer un vínculo sincero, real, auténtico.
Es una pérdida de conciencia colectiva, un suicidio intelectual, cuando solo la paz me calma, solo un beso sincero me alivia ese no sé qué que me carcome. Pero en vez de eso no hay nada, solo el vacío, un vacío intenso y oscuro tras las risas.