Empieza una aventura
Probablemente sea de las preguntas que más me han hecho, ¿Por qué empecé a hacer contenido para adultos?
Empecemos entonces por el principio. Corría el año 2016 y vivía en Valencia, ya suena a que hubiera pasado una vida o que yo hablara como un viejo. Lo cierto, es que ya han pasado muchos años y parece que el comienzo empieza a emborronarse. Como decía, vivía en Valencia. Había ido a estudiar por dos años y terminar el máster de ingeniería agronómica, ¿Quién lo diría? Ingeniero y actor, sí, me lo dicen mucho. Ese año fue una locura, había terminado mis estudios en Italia y en Cartagena, se me quedó un vacío enorme por dentro, como preguntándome ¿Y ahora qué?
Fui sensato y decidí continuar, hasta terminar la ingeniería superior. Allí me fui, a vivir otra aventura, una de tantas. Cogí el tren, busqué casa, llegué a la universidad, un cúmulo de nuevas experiencias, pero también, lo que no escribe nadie en sus libros, ansiedad, una terrible ansiedad.
Con el tiempo lo superé, me adapté, me habitué a la rutina, conocí gente e hice amigos, ¿Hasta aquí todo normal? Bueno espera, que esta historia no fue llegar y besar el santo.
Vamos a la miga, a la enjundia del asunto, soy bisexual, pero en aquel momento, sentía que mis relaciones con chicos eran emocionalmente reprimidas. Ya lo sabes, esa homofobia interiorizada que todos cargamos, unos se la sacan antes otros después, o nunca. El caso es que yo la tenía, y era algo con lo que luchaba continuamente.
Cuanto te dije que conocí gente e hice amigos, tendría que decirte también que tenía 23 años, habitación propia, lejos de mi casa, pues eso, me hinché a follar. Conocí también a muchos actores y el mundo que tenía Valencia cuando se ponía el sol.
Un día en uno de esos encuentros, conocí a un chico cubano y me dijo si quería grabar para una productora, accedí e hice una entrevista, todo fue bien y me compraron billetes para grabar en Puerto Vallarta, en México.
Pensé que era mi momento, el momento de romper esa cadena que me atrapaba, y poder liberarme. En marzo me hice un tatuaje y en abril me fui para México, locuras, dejar simplemente existir y comenzar a vivir, sentirme dueño de mi vida, de las riendas de mi propio destino.
23 años y me fui a la aventura, atesoro muy buenos recuerdos de aquella semana en Vallarta. Chicos guapísimos, las playas impresionantes, el cielo lleno de estrellas cada noche e incluso el fitoplancton luminiscente, ¡Qué increíble es nuestro mundo! El trabajo era duro, pero aquella maravillosa experiencia lo compensaba todo, muchas noches nos fumábamos un cigarro de sabores los chicos y yo, allí en el balcón del hotel, antes de irnos a dormir, mientras hablábamos.
Tocó volver a Valencia, seguí con las clases, grabé con muchas productoras, hasta que grabé con Nacho Vidal. En ese momento se enteró toda la universidad de hacía contenido para adultos, mis profesores, los alumnos, todos. En ese momento descubrí mis verdaderas amistades, también descubrí el estigma que se sufre por hacer pornografía, hubo gente que dejó de hablarme o se distanció.
En definitiva, no está hecha la miel para la boca del asno, esa experiencia me enseñó cantidad de cosas y me sigue acompañando. Liberación y yugo, disfrute y trabajo, deseo y represión, pasión y sufrimiento, alegría y tristeza, había conseguido lo que quería, sin pensar a quien pudiera importar había aprendido a vivir mi vida.